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sábado, 19 de febrero de 2011

“2° momento de reflexión sobre nuestra acción”

“2° momento de reflexión sobre nuestra acción”
Luis Fernando Torres Palomo.

La lectura “La enseñanza” de Jere Brophy plantea doce elementos que debemos considerar en nuestra práctica docente cotidiana, dentro y fuera del aula, para mejorar el aprendizaje y enfocarnos en el acto central de la educación: la enseñanza. Como se mencionaba en el texto, los elementos debieran ser evaluados y adaptados a las condiciones del contexto. Hace mención de elementos muy generales y a las ves concretas propuestas que permiten identificar practicidad y aplicabilidad.

Al contrastar mi práctica y desempeño docente con las ideas del texto identifico carencias que debo desarrollar y aciertos que se pueden desarrollar más. Lo que rescato de texto es que no son reglas a seguir estrictamente si no que se pueden considerar alternándolas en el transcurso de la práctica y las interacciones que se generan en el grupo. No son recetas, considero que son elementos que si los incluimos en nuestra práctica nos redituarán buenos resultados palpables en las actitudes y productos de los alumnos.

Una característica importante generar en nuestro salón de clase son las relaciones interpersonales basadas en valores y que permitan desarrollar las competencias en los alumnos. Considerar los conflictos al interior del grupo y de la institución y aportar para sus óptimas soluciones ayudará mucho en las relaciones entre maestro-alumno y alumno-alumno. Pero en ocasiones por no querer tener problemas hacemos caso omiso de las situaciones, y a la larga resulta contraproducente pues dejamos que problemas o diferencias menores se vuelvan grandes problemas. L participación activa de los alumnos en las actividades no se da de la noche a la mañana, se requiere adecuar las acciones de los alumnos al logro de propósitos de la manera más óptima. Y para generar esa disposición y motivación en los alumnos por realizar las actividades debemos poner el ejemplo como docentes, transmitir  e inculcar la emoción por aprender y participar en su propia formación.  Considerando las necesidades y emociones de los alumnos en los procesos de enseñanza y de construcción de aprendizajes.

Las consideraciones que hacemos en las planeaciones debemos orientarlas a la atención de las características de los procesos y estilos de aprendizajes de cada un de los alumnos del grupo. Dando oportunidad de que todos puedan aprender y tener un desarrollo optimo. Considerando los tiempos y los espacios necesarios sin ponerle limites a las oportunidades de aprendizaje de los alumnos. El tiempo en clases puede ser poco o mucho dependiendo de las consideraciones en nuestros planes de clase y a lo que podamos realizar a partir de ellos. Y dejar de lado actividades intrascendentes que no repercutan en la formación integral de los alumnos. Hay más cosas que merecen ser aprendidas que tiempo disponible para enseñarlas, así que es esencial que el limitado tiempo de clases se aproveche de manera efectiva.

En el texto mencionan que el currículo no es un fin en sí mismo, que es el medio por el cual se puede llegar. Se le debe considerar pero sin dejar de lado el desarrollo como personas responsables en cada alumno. Manipular con base a los enfoque y perfiles de egreso el currículo y dar la oportunidad de los alumno de aprender redes coherentes de contenidos interconectados y estructurados alrededor de ideas integradoras. Orientando las acciones de los alumnos al cumplimiento de objetivos, cuya planeación se guíe por los propósitos y metas generales de la enseñanza y no por la presión para cubrir el contenido o por los reactivos de una prueba.

El alumno debe conocer hacia donde se dirige su desempeño y los “beneficios” de su formación, informando la naturaleza y propósito de la actividad, relacionarlo o conectarlo con conocimientos anteriores e indicar los tipos de respuestas esperadas de los estudiantes que la actividad requiere. Antes de comenzar cualquier lección o actividad, el maestro debe asegurarse de que los alumnos sepan qué aprenderán y por qué ese aprendizaje es importante para ellos.
Una debilidad que identifico en mi trabajo es al momento de elaborar secuencias didácticas y formalizar proyectos para que el aprendizaje construido por los alumnos sean realmente significativos, con énfasis en cuándo y cómo aplicarlas. Con actividades coherentes, y durante el proceso formular preguntas abiertas para motivar a los estudiantes a reflexionar sobre dichos contenidos, reconocer las relaciones entre las ideas clave y sus implicaciones, pensar críticamente sobre ellas y usarlas en la solución de problemas, toma de decisiones y otras aplicaciones más elaboradas.

Por otro lado y con el afán de que el alumno sea participe activo de su propio, debemos os docentes propiciar el diálogo reflexivo entre los alumnos, proponer explicaciones, hacer predicciones y debatir eventuales soluciones a problemas o a considerar de otra manera las implicaciones o aplicaciones del tema. Considerando que si las realizamos en la cotidianeidad actividades que se practican podemos conseguir niveles de fluidez y automaticidad indefinidamente. Con la practica continua de habilidades y el fortalecimiento y desarrollo de competencias. Para que la práctica resulte de utilidad ha de brindar la oportunidad no sólo de aplicar habilidades sino también de recibir retroalimentación oportuna.

Dentro de la cotidianidad en el aula debemos considerar  que las actividades y ejercicios sean lo suficientemente variados e interesantes que llamen la atención del estudiante, lo suficientemente nuevos o desafiantes que constituyan experiencias de aprendizaje significativo  y tan fáciles que permitan a los estudiantes alcanzar altos índices de éxito si invierten un tiempo y esfuerzo razonables. Actividades claras y que generen el impacto y los resultados previstos. Al proponer una actividad los maestros deberían insistir en los propósitos que persiguen, de tal manera que faciliten a los estudiantes involucrarse en ellas con una idea clara sobre las metas previstas.

Para transmitir ideas e instrucciones claras podemos considerar atención al conocimiento propositivo (qué hacer), procedimental (cómo hacerlo) y condicional (cuándo y por qué hacerlo). Muchos estudiantes no desarrollan por su cuenta estrategias efectivas de aprendizaje y de resolución de problemas, pero son capaces de hacerlo a partir de la demostración y la enseñanza directa de sus maestros.

El aprendizaje en colaboración produce beneficios afectivos y sociales, como el incremento del interés del estudiante por la asignatura y la valoración de su importancia, y el aumento de actitudes positivas e interacción social entre estudiantes no obstante las diferencias de géneros, razas, etnias, niveles de aprovechamiento y otras. El aprendizaje en colaboración también genera el potencial de beneficios cognitivos y metacognitivos al involucrar a los estudiantes en discusiones en las que requieren hacer explícita la manera como procesan la información relacionada con la actividad y las estrategias empleadas en la solución de problemas.

El enfoque de aprendizaje en colaboración mantiene las exposiciones para toda la clase pero reemplaza parte del tiempo del trabajo individual con la oportunidad de trabajo en parejas o por equipos en prácticas de seguimiento y en la aplicación de las actividades. Este enfoque puede ser usado para actividades que van desde ejercicios y prácticas hasta la comprensión de hechos y conceptos, y la discusión y solución de problemas. Es más probable que los métodos de aprendizaje en colaboración mejoren los resultados del aprendizaje si combinan las metas del grupo con la responsabilidad individual, cada alumno tendrá la responsabilidad de alcanzar los objetivos de aprendizaje de la actividad.

La evaluación comprehensiva no sólo documenta la habilidad del estudiante para responder aceptablemente una pregunta o problema; también examina los procesos de razonamiento y solución de problemas. Midiendo el progreso en el aprendizaje del alumno y para planear mejoras en el plan de estudio, no sólo para calificar. Considerando información de diferentes fuentes, enfocadas a las metas de aprendizaje en cuya enseñanza pusieron mayor énfasis. Las actividades de aprendizaje y las fuentes de información diferentes a exámenes deben utilizarse con propósitos de evaluación.

Debemos formar y proyectar expectativas lo más positivas posible, siempre y cuando sean realistas. Éstas deben expresar creencias genuinas acerca de lo que se puede lograr y, por lo tanto, tomarse en cuenta seriamente como objetivos hacia los cuales orientar la enseñanza. Esperar, por lo menos, que todos sus alumnos progresen lo suficiente como para desempeñarse satisfactoriamente en el siguiente nivel. En lugar de evaluar simplemente niveles relativos de éxito, el profesor puede diagnosticar dificultades de aprendizaje y dar retroalimentación apropiada.

Los 12 principios enunciados en el texto deben de ser entendidos como componentes complementarios de un enfoque coherente sobre la enseñanza, en el cual los planes y expectativas del maestro, el ambiente de aprendizaje en el aula y el manejo del sistema, el contenido del plan de estudios y los materiales de enseñanza, las actividades de aprendizaje y métodos de evaluación están todos coordinados para ayudar a los estudiantes a lograr los resultados esperados.

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