“DESARROLLAR LA PRÁCTICA PROFESIONAL REFLEXIVA”
Luis Fernando Torres Palomo
¿Para qué reflexionar? Cuando el trabajo docente lo realizamos de forma automática sin detenernos a repensar, a reconstruir lo que estamos haciendo caemos en una rutina o en un círculo de conformismo con el trabajo realizado. Para formalizar la práctica docente de una mejor manera primero es necesario conocer al menos lo que el Sistema Educativo exige de nuestra labor, y en base a ello guiar nuestras acciones. Pero también tenemos que aprender a apreciar cualidades, apreciar y distinguir errores, ser un poco, o un mucho, perfeccionistas el el proceso que desempeñamos y en los resultados que deseamos alcanzar junto con nuestros alumnos.
Las experiencias didácticas que tenemos a lo largo de la vida nos ayudan a realizar juicios de valoración en base a experiencias que se nos quedan tan intrínsecas y tan dentro de nosotros que las realizamos de forma inconsciente, pero a través de la formación continua sabemos de antemano la lógica de esto. La práctica reflexiva es aprenden y generar conocimiento a partir de nuestra propia práctica y de fundamentar teóricamente nuestras accione y decisiones; ser capaces de proporcionar una explicación verbal de lo que sucede en nuestras aulas (una carencia en la descripción verbal puede deberse a la falta de elementos lingüísticos para realizarla), conocer en la acción que, cuando la describimos, se convierte en conocimiento en la acción. Al aprender hacer algo, podemos llevar a cabo secuencias fáciles de actividad, reconocimiento, decisión y ajuste si tener que pensar sobre ello (podemos pensar en medio de la acción sin tener que interrumpirla) reflexionar en la acción.
El criterio para tomar decisiones o enfrentar determinada situación se desarrollo por ensayo y error dependiendo de los resultados que obtenemos en situaciones anteriores. Que se pueden modificar durante el proceso, cuando identificamos elementos de nuestra práctica que se pueden mejorar, respondiendo a la variación más que a la sorpresa. La adecuada articulación de los conjuntos de habilidades, conocimientos, actitudes y valores para enfocar alguna situación, encontrar en cada caso las acciones que producen los efectos deseados, desarrollando la Reflexión de la práctica como una competencia profesional.
Razonar a cerca del camino a seguir en situaciones problemáticas, es una elemento a considerar para desarrollar nuestras competencias docentes y determinarlas como tales. Para quienes sugieren que las reformas llegan desde un escritorio y nada tienen que ver con la realidad, el reflexionar sobre su actuar docente es la oportunidad de generar su propia metodología del trabajo, fundamentarse, analizar, reconocer el dilema, analizar características diferentes y similitudes, enmarcar el dilema, descubrir consecuencias e implicaciones, actuar en consecuencia. Se reflexiona además de entender el pasado, para guiar/orientar la acción futura. Entendiendo la reflexión sobre la práctica como competencias sería la articulación adecuada del conjunto de conocimientos, actitudes, habilidades y valores con las que cuenta el docente para hacer frente a una situación, hacia una mejora efectiva de la enseñanza
La práctica docente exige actuar en consecuencia de reflexiones sobre determinadas situaciones, con el propósito de hacer de ella una actividad trascendente e innovadora, en beneficio tanto del que enseña como del que aprende, pues a ambos les permitirá fortalecer su formación y el criterio que tienen sobre el proceso educativo. Aun que al menos lo deseable sería que mediante los procesos de enseñanza y de aprendizaje se cumplieran con los propósitos y contenidos del Plan de Estudios, al realizar una práctica mediante el proceso reflexivo se puede llegar a atender necesidades específicas de formación de cada alumno para que los aprendizajes adquiridos le resulten vivenciales, significativos y funcionales para su cotidianidad.
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